El trabajo de los Coyotes o Polleros

Hay coyotes malos y coyotes buenos, comenta un ex traficante de indocumentados.

Los traficantes de humanos, coyotes o polleros, son criminales despiadados, dice la Patrulla Fronteriza.

En realidad somos guías, hacemos una labor que se solicita para no perder la vida, contó El Pelucas, un mexicano residente en Minneapolis Minnesota quien por razones obvias prefiere no revelar su identidad y quien dice que en su adolescencia fue traficante de indocumentados.

A los coyotes no les preocupa la seguridad de las personas que pasan de contrabando.

Su motivación principal son las ganancias.

El dinero es el rey en el mundo de los contrabandistas, considera, Andy Adame, portavoz de la Patrulla Fronteriza en Arizona.

El dinero me sirvió para pagar mis estudios, ahora tengo una licenciatura, en aquel tiempo estudiaba la secundaria, contó El Pelucas, quien dijo que mientras su primo partía con los aspirantes a emigrar desde la Ciudad de México hasta la frontera con Arizona y los cruzaba por el desierto; él se encargaba de recibirlos en el lado estadounidense y enviarlos a sus ciudades destino.

“Nosotros solamente les ayudábamos a alcanzar el sueño americano”, dijo El Pelucas.

Para cruzar la frontera ilegalmente, los inmigrantes pagan miles de dólares a los traficantes de indocumentados quienes conocen los caminos para burlar a las autoridades estadounidenses en los casi 3,000 kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos, ya sea por el Río Grande, en Texas; las montañas, en California, o el desierto de Nuevo México y Arizona. Así mismo, dominan la llamada “Ruta del infierno” que recorren los centroamericanos que cruzan México.

A pesar de la nueva tecnología y más vigilancia todavía se nos pasa mucha gente, reconoció Adame, quien asegura que los traficantes buscan cada vez rutas más peligrosas para burlarlos.

La empresa ha cambiado. Hace unos años eran familias las que se encargaban de traficar indocumentados, ahora son los carteles los que se disputan la droga y a los grupos de migrantes, dice la Patrulla Fronteriza. Para ellos los migrantes son un cargamento que tiene un precio y si alguien se lastima, enferma o se deshidrata, lo abandonan a su suerte. Sin agua no viven más de dos días, aseguró Adame.

Efectivamente, antes era más sencillo el cruce, indicó El Pelucas, no había tanta maldad en la frontera, ahora hay más violencia, pandillas y oficiales maltratando inmigrantes, aseguró, Es como en todo, hay coyotes buenos y coyotes malos, oficiales buenos y oficiales malos.

El joven ex pollero, contó que cruzar indocumentados es una actividad muy peligrosa, en ella uno arriesga la vida, se sufre mucho en el camino por las temperaturas del desierto, además, uno tiene la responsabilidad de cuidar que el grupo llegue bien, indicó.

Los coyotes se han encargado de explotar la desesperación de las familias centroamericanas haciendo correr el rumor que los menores que llegan a Estados Unidos son reunificados con sus padres y esto es una mentira muy grande.

Y un pollero lo confirmó. Si llega y le pregunta al coyote ¿voy a poder legalizarme? el coyote le va a decir que sí, aunque sean mentiras, dijo El Pechugas, como se hace llamar un traficante en Guatemala.

Por el contrario, desde Minneapolis Minnesota, El Pelucas comentó, nosotros nunca cruzamos niños, es muy riesgoso porque son muy sensibles a los cambios de temperaturas y agregó que en sus años de pollero sólo cruzaban a recomendados, familiares de amigos y conocidos y que actualmente cruzar entre México y Estados Unidos podría costar entre $5,000 y $10,000.

Y dijo que no hay ruta menos peligrosa, TODAS LAS RUTAS TIENEN RIESGOS.